Ayudar a su Hijo a Desarrollar Buen Juicio
“El juicio de desarrolla mediante la experiencia. El buen juicio se desarrolla mediante las malas experiencias”
Muchos adultos se ven abrumados por la indecisión frente a toma de decisiones difíciles. Otros se sienten peor y toman decisiones auto-destructivas y repetitivamente demuestran un juicio pobre. Pero nadie nace con buen juicio ni con la habilidad de tomar sabias decisiones. La habilidad del buen juicio y toma de decisiones se desarrolla a través de la experiencia combinada con la reflexión. Su meta es darle a su hijo experiencia en toma de decisiones, y asegurarse que tiene la oportunidad de reflexionar y aprender. La práctica hace la perfección. Puede empezar a brindarle oportunidades a su hijo desde mucho antes que empiece a hablar, y así nunca tendrá problemas tomando decisiones. ¿A quién le importa si las rayas con flores chocan? Su niña pensará que se ve como un arcoíris, y si otras personas pueden darse cuenta que ella misma se viste, a usted no le importará la opinión que tengan sobre su paternidad, ¿o sí?
Deje muy claro su área de control. Enfatice sobre qué temas tiene su pequeño derecho de decidir y de qué áreas tiene usted el control de decisión. Con niños pequeños: “Sí, supongo que puedes ponerte tu traje de Superman otra vez, aunque te lo hayas puesto toda la semana. Tú estás a cargo de tu ropa. Pero debes cambiarte para salir a cenar, porque nos vestimos elegantes para ir al restaurante. Y tendrás que cepillar tus dientes antes de salir de casa.” Así, su pequeño sabrá que no tiene poder sobre todas la decisiones y tomará las decisiones de sus padres con respeto.
Como he mencionado antes, el buen juicio se desarrolla por medio de la experiencia en la toma de decisiones y las reflexiones que se hagan respecto a ellas. Con los siguientes consejos, los padres podrán con facilidad ayudar a sus pequeños a desarrollar su buen juicio:
Con pre-adolescentes: “Puedes invitar a tus amigos el viernes por la noche para cenar si quieres, pero esperamos que cenes con la familia los viernes por la noche, como de costumbre. Puede ir al cine con tus amigos después de cenar el viernes, o el sábado.
Ayude conscientemente a su hijo a desarrollar un buen juicio, ayudándole a tomar sus decisiones conscientemente y a pensar acerca de las posibles repercusiones de cada una de las opciones, antes de tomar la decisión. Muchas personas no desarrollan un buen juicio porque sus experiencias no fueron acompañadas de reflexión. Ofrézcale la oportunidad de reflexionar sobre cómo se ha sentido con la decisión que tomó. Sea su modelo de toma de decisiones: comparta cómo y por qué las personas toman decisiones, desde que su hijo es pequeñito.
Sepa que está bien que su hijo tome decisiones equivocadas. Él continuará aprendiendo acerca de él mismo tanto como de la vida. Son sólo más oportunidades para reflexionar y desarrollar su buen juicio, siempre y cuando usted le ayude a considerar luego, cómo las cosas pudieron haber sido diferentes si hubiese tomado una decisión distinta. Los adolescentes tienen mayor habilidad en la toma de decisiones, pero también están “condenados” a tomar decisiones equivocadas. Los padres deben tratar de evitar decirles: “Te lo dije”, y dejar que aprendan por sí mismos.
Las oportunidades de tomar decisiones se presentan a los niños desde temprana edad, en forma natural, y van reuniendo experiencias mediante la reflexión de los resultados de sus decisiones. Sin embargo, es de suma importancia que los padres entren en ese proceso desde que su hijo es apenas un bebé, creando ellos mismos, más oportunidades y ayudándoles a reflexionar y aprender de sus errores o aciertos.
Para ello, debe darle control (apropiado a su edad) de su propia toma de decisiones. ¿Cómo? Los niños pequeños, pueden estar a cargo de: su propio cuerpo, dentro de los límites de la seguridad y la decencia, limpiar su propio desastre: “Está bien, toma el papel toalla de la cocina y limpiemos esa leche. Siempre debemos limpiar.” También puede tener control de su ropa, igualmente dentro de los límites de las estaciones, seguridad y decencia. Él puede decidir qué cantidad de alimentos comer, comer sólo o si desea ayuda. Puede decidir qué libro desea leer, aún si usted lo leerá para él, al igual que el juguete con el que quiera jugar, incluso elegir aquellos que quiera compartir y apartar los que no desea compartir. Es importante que él mismo decida cuándo ir al baño; usted se encargará de ofrecerle ir al baño, pero él necesitará echarle un vistazo a las señales que su cuerpo le dé. ¡A menos que desee encargarse de su aseo personal en los próximos años!
Cuando los niños están cursando el pre-escolar, su deseo por ser independiente y tomar sus propias decisiones está a flor de piel. Es un momento perfecto para que los padres exploten la inteligencia de su pequeño y le ayuden a desarrollar y fortalecer su buen juicio. Entre los 3 y los 5 años, los niños son capaces de tomar el control de las siguientes actividades, más las del primer post:
– Su propia vestimenta: elegir su atuendo, dentro los parámetros de los padres. El orden en su armario, manteniendo las piezas por categorías.
– Su propia habitación: dentro de los parámetros de pulcritud de sus padres. Ellos podrán decidir cómo desean decorar las paredes, por su puesto con límites razonables. Sus papás deberán ayudarlo a ordenar y enseñarles cómo limpiar.
– No sólo la cantidad de alimentos, sino también qué alimentos, dentro de la guía nutricional apropiada de sus padres. Esto sólo funcionará si el acceso a comida chatarra es limitado. Eso significa que usted tendrá que decidir qué hacer cuando no le guste lo que preparó para cenar.
– Pueden decidir con quién desean jugar y cuándo, y quién puede entrar en su habitación, cuándo asistir a eventos sociales a los cuales está invitado (excluyendo eventos familiares obligatorios).
Recuerde siempre ir lentamente construyendo el grado de libertad y responsabilidad que le permite tener a medida que va creciendo.