Alimentación balanceada durante el embarazo
La alimentación durante el embarazo resulta de mucha importancia, tanto para el adecuado desarrollo del bebé como para el estado de salud de la progenitora. En ocasiones las madres se dejan controlar por los antojos y el estrés y caen en una muy mala dieta. Resulta importante cuidar esto ya que además de buscar los nutrientes adecuados para mantener un embarazo sano, la mujer embarazada debe cuidar el peso que gana durante la gestación. Lo ideal es que la futura madre gane aproximadamente 1 kilogramo por mes al culminar el embarazo, tratando en lo posible de no exceder una ganancia total de 15 kilogramos. Esto además de facilitar la recuperación de tu cuerpo pre embarazo, ayudará a evitar padecer complicaciones en el embarazo, tales como la conocida preclampsia, abortos espontáneos o la diabetes gestacional. Es sumamente importante desmentir el mito que dice que al estar embarazada hay que comer por dos. Lo que debes hacer es incluir alimentos ricos en vitaminas y nutrientes y añadir meriendas sanas a tu dieta larga. A partir del segundo trimestre si es necesario que consumas 300 calorías diarias para cumplir con las necesidades de tu bebé, sin embargo no debes exagerar y debes cuidar muy bien en qué consumes esas calorías. El consumo de calorías estará controlado única y exclusivamente por la fase de embarazo que este atravesando, tu edad y también tu peso influirá mucho. Debido a esto, es recomendable que sea el doctor que establezca una dieta estricta para el control específico de calorías durante el embarazo.
¿Qué alimentos consumir durante el embarazo?
Durante el embarazo no son tan extremos los cambios que hay que realizar, con incluir alimentos saludables y evitar ciertos grupos de alimentos es suficiente.
Carbohidratos: El cuerpo requiere hidratos de carbono para producir energía necesaria para moverte y realizar tus actividades diarias. Las frutas, vegetales, cereales e integrales corresponden a este grupo, y representan un importante aporte de energía. Los hidratos de carbono son simples o complejos. Los simples, son aquellos que pasan rápidamente al torrente sanguíneo y son trasformados en glucosa muy rápido, aumentando sus niveles en sangre en poco tiempo, estos son los carbohidratos refinados como azúcar blanca y alimentos hechos de harina como el pan, tortillas, pasta, tortas, etc. Los carbohidratos complejos, por otro lado, son aquellos cuya digestión es un poco más lenta, por lo cual el incremento de la glucosa en sangre no ocurre de manera abrupta tras consumirlos, como los vegetales y granos, que además resultan beneficiosos por aportar vitaminas y minerales necesarios para el correcto desarrollo de tu bebé.
Proteínas: Las proteínas las encontramos en alimentos como carnes rojas, aves, pescados, huevos y productos lácteos. Las proteínas son sumamente importantes y necesarias ya que se encargan de generar y reparar los tejidos, además de participar en el mantenimiento y recuperación de los huesos. En el caso de las carnes rojas y de aves y los huevos es importante mencionar que para su consumo se debe vigilar que se cocinen correctamente para evitar infecciones y enfermedades. Los derivados lácteos deben ser tratados por ser de alto riesgo, es decir, hervidos o pasteurizado para disminuir su contenido en bacterias y microorganismos. Y en el caso de los pescados, se debe evitar consumir pescados grandes como pez azul o espada, por su alto contenido en mercurio.
Ácidos grasos: También necesarios para el desarrollo del bebé y salud de la futura madre. Evita las grasas comerciales y sustitúyelas por aceites de origen vegetal, como el aceite de oliva.
Correcta hidratación
La ingesta de suficiente agua y líquidos durante el embarazo es de suma importancia, para asegurar el bienestar tanto de la madre como del bebé. Se recomienda beber un mínimo de 8 vasos (2 litros) de agua diario para mantener el organismo de la futura madre hidratado.
Suplementos vitamínicos
Es importante mantener a través de la dieta la ingesta de vitaminas y minerales. Sin embargo, hay minerales como el hierro, calcio y vitaminas como el ácido fólico (folato) que son requeridos en cantidades especificas que no se obtienen a través de la dieta. Es por esta razón que los médicos prescriben el consumo de suplementos de los complejos mencionados anteriormente. En el caso del calcio, en el primer trimestre su requerimiento diario es de 1200 mg. El de ácido fólico es de 400 mg diarios.